lunes, 4 de enero de 2010

TURIBUS RELIGIOSO

He tenido la oportunidad de conocer algunas ciudades gracias a sus llamados “Turibus” que hasta hace una semana consideraba una de las mejores maneras de moverse por cualquier lugar, claro, hasta hace una semana en que me subí al Turibus de la Ciudad de México. El recorrido fue breve pero sustancioso, suficiente para entender que en este país el turibus es un asunto casi religioso.

  1. SE NECESITA UN MILAGRO para subirse en el. Según el sitio en internet del turibus en temporada baja los camiones hacen paradas cada 30 minutos en los distintos puntos, cada 15 si se trata de temporada alta. Bien, pues fue en plena temporada alta que hice uso del servicio así que decidí llamar por teléfono para confirmar lo que había leído en línea. Una amable señorita me dijo que las paradas son en realidad CADA HORA, por lo que le pregunté si sabía dentro de que minutos hacia parada el camión en perisur, sin mucho afán de ayudarme aseguró que esto sucedía cada hora en punto en todas las paradas, lo cual demuestra que no tenía muchas ganas de responder a mi pregunta pues lograr eso sería casi imposible. Así que haciendo caso a mi agotada guía turística busqué el punto de encuentro afuera de perisur, vamos, soy una rata de ciudad y me jacto de conocer demasiado bien este centro comercial, pero encontrar un banderín que no mide más de un metro y que está colgado en los alrededores de esta zona, es más difícil que ganar un concurso con Chabelo. En fin, 45 minutos después de esperar apareció el tan ansiado Turibus y comenzar el recorrido.

  1. ES COSA DE FE. Cualquier capitalino sabe que moverse en la ciudad es cosa de fe, uno no sabe si encontrará la avenida de siempre cerrada por reparaciones, manifestaciones o porque algún político decidió usarla y la quiere vacía. Este atractivo turístico no es ajeno a las incomodidades del defectuoso y tampoco habría porque culpársele, pero si uno pretende subirse al camión para conocer un poco mas sobre las calles de la ciudad habrá que tener mucha fe. En primera instancia el transporte está dotado con un equipo que permite reproducir a través de unos audífonos la explicación del recorrido, lo que nunca te dicen, es que al menos el 50% de los reproductores no sirven. No, el dato no es exacto pero podría ser peor, todos los de la parte de abajo no encendían y en la parte de arriba sólo hacian algunos, con el riesgo de que aquellos que si estaban en funciones tenían el atractivo extra de darte toques en las orejas… wow eso servicio y yo que pensé que tendría que esperar a llegar a coyoacán para ese tipo de entretenimiento.

  1. HAY QUE REZAR por lo menos un padre nuestro y un ángel de la guarda de subirse, sobre todo si piensas ir en la parte de arriba porque hay una gran probabilidad de que seas golpeado por las ramas de los árboles, en mi caso 2 veces en un recorrido de 20 minutos, al menos uno espera que el conductor grite “aguas con la rama” pero si lo hace a través del sistema de audio y te tocó la mala de que el de tu lugar no sirve pues tampoco te enterarías.

Me llena de tristeza que un servicio como este, concesionado a una empresa privada funcione como si se tratara de una de gobierno, de esas en donde el servicio al cliente es lo último que importa.

2 comentarios:

  1. ES UN ACTO DE FE SABER QUE ALGO FUNCIONE PERFECTAMENTE EN EL PAIS, aunque es casi una aventura digna de un libro

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  2. saludos, admmiro su trabajo y pienso que dentro de lo poco rescatable de su canal se encuentra usted.

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